He dormido bastante mal, me he despertado un montón de veces, los nervios. He quedado con mi hermano y el Isma a las seis en la gasolinera, pero a las seis menos cuarto ya estaba allí. Charla en el coche, saludos en el bar a los conocidos y ya estamos en el campo, todavía de noche, preparamos las cosas y ya estamos listos para salir.
No sé quien está más nervioso si la Jara o yo. Empezamos y hago la primera asomada, en un momento he tirado tres conejos, largos. Uno está en en el sitio, de los otros dos he revolcado uno, pero la Jara no lo trae, seguramente haya podido colarse en el agujero. Me junto con mi hermano y se levanta otro, no lo podemos tirar, se mete en la boca. Vamos de frente a un cerrillo, mi hermano por la izquierda y yo por la derecha. Entra la Jara por debajo, ya sabe cual es su trabajo, sube un conejo y me quedo con él, oigo un tiro de mi hermano, no me paro, sigo a la Jara desde arriba, vuela una perdiz hacia arriba, la tiro cuando entraba por detrás de un olivo y me quedo con ella, casi no ha tocado el suelo y ya la tiene la Jara. Vuelve abajo y se queda de muestra, aviso a mi hermano, pero el conejo es más rápido y salta sin darme tiempo a tirarlo. Vuelvo hacia atrás y recojo el conejo que tiré al entrar. El tiro de mi hermano ha sido a una perdiz y se ha quedado con ella. Sin darnos casi tiempo la Jara está de muestra al pie de un olivo, salta el conejo, lo dejo, le pego el primero, me quedo corto y el segundo cuando ya trasponía pega en el suelo, vaya paquete. No hago ni cuarenta metros y vuelve a quedarse de muestra, aviso a mi hermano, la Jara aguanta y cuando llega la Cata, entra, salta el conejo, le pego el primero, creo que me he quedado con él, pero cuando quiero darme cuenta sigue con la carrera hacia el monte, no me lo puedo creer. Mi hermano y el Isma empiezan con las bromas jejeje. Sin descanso, cruzo el camino y junto a la acequia de cemento ya está otra vez la Jara de muestra, que máquina, es una maravilla. Nos preparamos, salta hacia las bocas pero no llega, este le contará a mi hermano, hemos tirado los dos, tal como estoy hoy le habrá dado él, como siempre que tiramos los dos jijiji.
Se escuchan tiros por todos lados, la verdad que el primer día me gusta venir porque llevo un montón esperando, pero es a partir del segundo cuando empezamos a cazar a gusto y realmente vemos la caza que hay. Nos estamos volviendo a juntar cuando levanta otro conejo la Jara, casi cuando traspone le tiro, no sé si lo he tocado, pero al subir la Jara y la Cata, ya están con él, menos mal. Levantamos un grupo de perdices y las vemos como se dejan caer en el pico de un cerro, entramos cada uno por un lado y como si se las hubiera tragado la tierra, ni rastro. Sigo hasta el siguiente cerro, las veo apeonar por un campo labrado, aprietan y terminan volando hacia el otro lado de la carretera, esas ya para otro día. Al entrar al bajo del cerro, me aparece un cazador por encima, la Jara se queda de muestra y aviso al tío por si el el conejo sube. Salta y le pego dos tiros entre las matas, y como hoy no es mi día se va a criar, el de arriba le sacude dos tiros con la paralela que lleva y también se le va, por lo menos eso me alivia jejeje. Seguimos haciendo esa cara del monte, con lo que ha llovido la hierba seca te llega por encima de las rodillas en algunos sitios. La Jara empieza a tocar y antes de quedarse de muestra salta el conejo, tiro a ojo de buen cubero, entre la hierba, luego tira mi hermano desde arriba, lo que me indica que no lo he tocado, al final ni uno ni otro.
Llegando al coche el Isma ve las perdices y deciden entrarle, yo voy recortando con la Jara por debajo. Al subir veo un montón de torcaces levantarse de los almendros, me entra una y la descuelgo, oigo que mi hermano tira también. Cobrada la paloma sigo en dirección a donde entré a primera hora. Pasa otra paloma y pega un buen pelotazo en el suelo, ya van dos. Cuando estoy apunto de asomarme a los conejos, mi hermano tira por detrás, pienso en las perdices, la Jara mira hacia atrás y veo dos planeando entre los olivos, pruebo pero no las toco, iban retiradas. Nos volvemos a ver en el coche, la Cata ha levantado un conejo justo al lado del coche y mi hermano con la escopeta encima del remolque, mala suerte.
Decidimos seguir hacia adelante después de descargar la caza en el coche, no vemos prácticamente nada, hasta que de vuelta vemos alguna perdiz, mi hermano consigue bajar una. Yo veo como una entra en un margen y pruebo, cuando me quiero dar cuenta me la he pasado y se levanta, casi no me da tiempo a tirarla, veo claramente como la alicorto, pero no la veo tocar el suelo, el terreno me la tapa. Tras buscarla con los perros la doy por perdida. Son cerca de las once y el calor es tremendo para esta época, y eso que amaneció frío el día, los perros van ya tocados y no buscan mucho, la verdad.
Cambiamos de sitio, al llegar vemos un par de perdices revoladas, hoy con tanta gente, terminan locas. Voy viendo algún conejillo de lejos, pruebo pero sin suerte. Pasada la vía, se levanta otra perdiz que se había quedado aplastada entre mi hermano y yo, decidimos de ir a buscarla, aunque antes me pasan unas zuritas y bajo tres. No conseguimos volver a levantarla, volvemos a cruzar la vía. En el campo por encima de los primeros olivos sale una y traspone por encima del cerro, decido ir a mirar. Tras subir y casi sin aliento, me asomo, se levanta como un rayo pero a buena distancia, ya la tiene la Jara, ya van dos. En las siguientes chaparras tiro un conejo y una torcaz, como no podía ser de otra manera hoy, sólo me quedo con la torcaz.
Mi hermano tampoco hace nada más, tira un conejo de muestra de la Cata, esta perra promete y mucho, pero a pesar de salir corriendo tiene la mixomatosis, toca una torcaz, pero acaba cruzando la autovía y no la podemos cobrar. Llegando al puente ve una perdiz y consigue sorprenderla al asomarse la tira y se queda con ella, se la cojo yo porque ha quedado alicortada, suerte que no le ha dado por correr. Tira otro conejo enfermo. La Jara empieza a quedarse atrás, no quiero forzarla, me da miedo que le pueda dar un golpe de calor, pero hay que llegar al coche, son las dos menos veinte. Vemos otra perdiz y como mi hermano lleva el cupo, decido entrarle, cuando estoy llegando, la Cata levanta una torcaz tocada de otro cazador a mi espalda, mi hermano la tira pero no se queda con ella, la perdiz no se levanta, al momento sale un conejo del filo del camino uy casi me tengo que quitar para tirarlo, y como no lo fallo en el primero y no puedo repetirle porque hay gente delante, vaya vaya. Entro con la Jara a los almendro que hay justo por delante del coche, para llevarla al bebedero que hay allí. Justo de al lado salta un conejo y aunque parezca raro lo meto en el morral, ya era hora. Llegamos justo a las dos al coche y damos por terminado el primer día de esta temporada.
La caza ha estado bien y a pesar del calor hemos hecho una buena percha, aunque me voy con una espinita clavada por esos conejos que le he fallado a mi perrilla.
De regreso, cachondeo por mis fallos y muchos deseos para esta temporada. Al llegar a casa, mi amorcete, Tania, me ha recibido con un pica pica y una fideuá que me he comido como un león, así da gusto!!!!!!
Llegando al coche el Isma ve las perdices y deciden entrarle, yo voy recortando con la Jara por debajo. Al subir veo un montón de torcaces levantarse de los almendros, me entra una y la descuelgo, oigo que mi hermano tira también. Cobrada la paloma sigo en dirección a donde entré a primera hora. Pasa otra paloma y pega un buen pelotazo en el suelo, ya van dos. Cuando estoy apunto de asomarme a los conejos, mi hermano tira por detrás, pienso en las perdices, la Jara mira hacia atrás y veo dos planeando entre los olivos, pruebo pero no las toco, iban retiradas. Nos volvemos a ver en el coche, la Cata ha levantado un conejo justo al lado del coche y mi hermano con la escopeta encima del remolque, mala suerte.
Decidimos seguir hacia adelante después de descargar la caza en el coche, no vemos prácticamente nada, hasta que de vuelta vemos alguna perdiz, mi hermano consigue bajar una. Yo veo como una entra en un margen y pruebo, cuando me quiero dar cuenta me la he pasado y se levanta, casi no me da tiempo a tirarla, veo claramente como la alicorto, pero no la veo tocar el suelo, el terreno me la tapa. Tras buscarla con los perros la doy por perdida. Son cerca de las once y el calor es tremendo para esta época, y eso que amaneció frío el día, los perros van ya tocados y no buscan mucho, la verdad.
Cambiamos de sitio, al llegar vemos un par de perdices revoladas, hoy con tanta gente, terminan locas. Voy viendo algún conejillo de lejos, pruebo pero sin suerte. Pasada la vía, se levanta otra perdiz que se había quedado aplastada entre mi hermano y yo, decidimos de ir a buscarla, aunque antes me pasan unas zuritas y bajo tres. No conseguimos volver a levantarla, volvemos a cruzar la vía. En el campo por encima de los primeros olivos sale una y traspone por encima del cerro, decido ir a mirar. Tras subir y casi sin aliento, me asomo, se levanta como un rayo pero a buena distancia, ya la tiene la Jara, ya van dos. En las siguientes chaparras tiro un conejo y una torcaz, como no podía ser de otra manera hoy, sólo me quedo con la torcaz.
Mi hermano tampoco hace nada más, tira un conejo de muestra de la Cata, esta perra promete y mucho, pero a pesar de salir corriendo tiene la mixomatosis, toca una torcaz, pero acaba cruzando la autovía y no la podemos cobrar. Llegando al puente ve una perdiz y consigue sorprenderla al asomarse la tira y se queda con ella, se la cojo yo porque ha quedado alicortada, suerte que no le ha dado por correr. Tira otro conejo enfermo. La Jara empieza a quedarse atrás, no quiero forzarla, me da miedo que le pueda dar un golpe de calor, pero hay que llegar al coche, son las dos menos veinte. Vemos otra perdiz y como mi hermano lleva el cupo, decido entrarle, cuando estoy llegando, la Cata levanta una torcaz tocada de otro cazador a mi espalda, mi hermano la tira pero no se queda con ella, la perdiz no se levanta, al momento sale un conejo del filo del camino uy casi me tengo que quitar para tirarlo, y como no lo fallo en el primero y no puedo repetirle porque hay gente delante, vaya vaya. Entro con la Jara a los almendro que hay justo por delante del coche, para llevarla al bebedero que hay allí. Justo de al lado salta un conejo y aunque parezca raro lo meto en el morral, ya era hora. Llegamos justo a las dos al coche y damos por terminado el primer día de esta temporada.
La caza ha estado bien y a pesar del calor hemos hecho una buena percha, aunque me voy con una espinita clavada por esos conejos que le he fallado a mi perrilla.
De regreso, cachondeo por mis fallos y muchos deseos para esta temporada. Al llegar a casa, mi amorcete, Tania, me ha recibido con un pica pica y una fideuá que me he comido como un león, así da gusto!!!!!!
Lo peor de todo ha sido que durante la comida nos hemos dado cuenta que la Jara cojeaba un montón y al mirarla hemos visto que tenía la almohadilla de la mano derecha toda levantada, la estamos curando tres veces al día pero no sé si estará lista para este jueves, no sé que voy a hacer sin ella.




No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si te ha gustado deja un comentario, gracias.