sábado, 28 de diciembre de 2013

Jueves 5 de Diciembre

    Hoy he venido solo, mi hermano no ha podido conseguir el día, es más aburrido pero también me gusta de vez en cuando ir a mi aire, solo con la Jara. El día ha amanecido muy feo, la niebla amenaza con echarse y estropearlo todo. He empezado cazando desde la zona de la granja hacia la autovía, buscando algún conejo y el bando de perdices de siempre. Nada más entrar, en los primeros olivos, se han levantado al menos dos perdices, largas pero he disparado una vez, sin resultado. He ido haciendo márgenes y asomándome a los filos pero no he levantado nada. He llegado al cerro del final, dando vistas a los campos de maíz, ya hay muchos segados. Allí ha saltado un conejo, al tirarlo, de la parte de abajo del cerro han volado cuatro perdices, las he perdido en dirección a un margen a mi derecha, ahora iré, primero recojo el conejo, que me he quedado con él. En el margen he tenido un error, he dejado que la Jara fuera por debajo como siempre, esperando que subiera algún conejo, pero lo que ha pasado es que las perdices se han levantado y no las he podido tirar.
    La niebla ha ido a peor, ha empezado a bajar y por las partes altas ya no se veía. He decidido meterme en los llanos por si en algún sitio se me levantaban las perdices y aunque las he levantado una vez más, han salido muy retiradas. He continuado un rato más y en un campo de almendros, al pie de uno, se ha levantado otro conejo que ha terminado en la mochila. Al poco he tenido que descargar la escopeta y dirigirme al coche, la niebla se ha metido ya en todos sitios y no puedo seguir cazando. He llamado a los otros que cazan los jueves, con los que tomamos café por la mañana y hemos ido a almorzar al bar, con la esperanza que abra la niebla mas tarde.
    Hasta casi las doce no hemos podido salir de nuevo, hemos ido juntos, aunque no revueltos. Hemos aparcado junto a los silos, ellos entrarán pegados a la autovía y yo por la parte de las vías, para juntarnos en las basuras, junto a la perrera municipal. En los olivos donde el otro día hice el doblete de conejos, ha volado una perdiz en dirección a las chaparras, junto a la carretera. He entrado despacio, pero no ha subido ningún conejo, al llegar al final me he asomado con cuidado al campo por si saltaba la perdiz, pero nada. La Jara ha cogido por el filo, justo por encima de la carretera y la perdiz se ha levantado hacia mi lado, cruzada, pero a buena distancia, me la he colgado sin más problemas, menuda suerte porque normalmente salen cruzando al otro lado de la carretera. Un poco más adelante, casi donde el otro día mató mi hermano un conejo, la Jara ha sacado otro y lo he podido parar cuando ponía tierra de por medio. No he visto nada más hasta llegar a las chaparras, pasada ya la compactadora de las basuras. Allí la Jara ha apretado un par de conejos pero no los he podido tirar por miedo a darle a ella. Al acabar ese trozo, se ha levantado una becada, así que como no son de volar muy lejos, he seguido todo el filo y la he vuelto a levantar, tapada con las encinas, la he tirado y la he visto como encogía el ala, he salido corriendo. He buscado con la perra por todos sitios y nada, quizás no la haya tumbado o se haya metido por debajo del pasto y la perra no la haya encontrado, la cosa es que no he dado con ella. He llegado al final del coto, allí hay una explanada muy grande, me he asomado con cuidado porque abajo hay bocas, pero no he visto ningún conejo. He vuelto hacia atrás y se ha levantado un bando en dirección a las vías, iban muy largas pero he tirado, con la suerte de cara, ha caído una en medio del barbecho, la he estado vigilando por si acaso hasta que la Jara la ha cobrado, bueno ya tengo dos. Cuando me dirigía a buscar las otras, he visto a estos que venían en mi dirección, les he avisado y hemos cruzado juntos. Nada más cruzar la vía se han vuelto a levantar justo en la linde con el otro coto y ahí ya no he podido seguirlas.
    He vuelto pegado a la zona del basurero, viendo que ellos iban por las vías, justo al lado del cercado de las placas solares, estaba el bando, por lo menos siete u ocho, pero se han salido al llano y han acabado volando para atrás, estas para otro día, ya no me vuelvo. Al cruzar la carretera, justo antes de la vía, he visto cruzar un conejo, la Jara iba por debajo, cuando me he asomado por si lo veía, la Jara se ha quedado de muestra, no ha tardado en saltar el conejo, lo he pillado cuando ya saltaba el bancal, ha caído en el otro, la Jara me lo ha traído a los pies, que buena es mi perrilla!!!!.
    Ya no he visto nada hasta llegar al coche, y como estos no estaban he cambiado de sitio yo solo. Pero casi mejor me hubiera quedado ya allí para el rato que quedaba, porque he ido al sucio de las viñas y al de la cantera y ni en uno ni en otro he visto nada, ni de lejos. No sé si habría pasado alguien o qué, pero es raro. Eran ya las cuatro y media, la niebla estaba bajando otra vez, así que he dado por concluido el día, que para venir solo no se me ha dado muy mal, aunque con suerte, claro. Al final cuatro conejos y dos perdices, que para como está la cosa está muy bien.

    

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