Hoy he venido solo, mi hermano no ha podido
conseguir el día, es más aburrido pero también me gusta de vez en cuando ir a
mi aire, solo con la Jara. El día ha amanecido muy feo, la niebla amenaza con
echarse y estropearlo todo. He empezado cazando desde la zona de la granja
hacia la autovía, buscando algún conejo y el bando de perdices de siempre. Nada
más entrar, en los primeros olivos, se han levantado al menos dos perdices,
largas pero he disparado una vez, sin resultado. He ido haciendo márgenes y asomándome
a los filos pero no he levantado nada. He llegado al cerro del final, dando
vistas a los campos de maíz, ya hay muchos segados. Allí ha saltado un conejo,
al tirarlo, de la parte de abajo del cerro han volado cuatro perdices, las he
perdido en dirección a un margen a mi derecha, ahora iré, primero recojo el
conejo, que me he quedado con él. En el margen he tenido un error, he dejado
que la Jara fuera por debajo como siempre, esperando que subiera algún conejo,
pero lo que ha pasado es que las perdices se han levantado y no las he podido
tirar.
La niebla ha ido a peor, ha empezado a
bajar y por las partes altas ya no se veía. He decidido meterme en los llanos
por si en algún sitio se me levantaban las perdices y aunque las he levantado
una vez más, han salido muy retiradas. He continuado un rato más y en un campo
de almendros, al pie de uno, se ha levantado otro conejo que ha terminado en la
mochila. Al poco he tenido que descargar la escopeta y dirigirme al coche, la
niebla se ha metido ya en todos sitios y no puedo seguir cazando. He llamado a
los otros que cazan los jueves, con los que tomamos café por la mañana y hemos
ido a almorzar al bar, con la esperanza que abra la niebla mas tarde.
Hasta casi las doce no hemos podido salir
de nuevo, hemos ido juntos, aunque no revueltos. Hemos aparcado junto a los
silos, ellos entrarán pegados a la autovía y yo por la parte de las vías, para
juntarnos en las basuras, junto a la perrera municipal. En los olivos donde el
otro día hice el doblete de conejos, ha volado una perdiz en dirección a las
chaparras, junto a la carretera. He entrado despacio, pero no ha subido ningún
conejo, al llegar al final me he asomado con cuidado al campo por si saltaba la
perdiz, pero nada. La Jara ha cogido por el filo, justo por encima de la
carretera y la perdiz se ha levantado hacia mi lado, cruzada, pero a buena
distancia, me la he colgado sin más problemas, menuda suerte porque normalmente
salen cruzando al otro lado de la carretera. Un poco más adelante, casi donde el
otro día mató mi hermano un conejo, la Jara ha sacado otro y lo he podido parar
cuando ponía tierra de por medio. No he visto nada más hasta llegar a las
chaparras, pasada ya la compactadora de las basuras. Allí la Jara ha apretado
un par de conejos pero no los he podido tirar por miedo a darle a ella. Al
acabar ese trozo, se ha levantado una becada, así que como no son de volar muy
lejos, he seguido todo el filo y la he vuelto a levantar, tapada con las
encinas, la he tirado y la he visto como encogía el ala, he salido corriendo.
He buscado con la perra por todos sitios y nada, quizás no la haya tumbado o se
haya metido por debajo del pasto y la perra no la haya encontrado, la cosa es
que no he dado con ella. He llegado al final del coto, allí hay una explanada
muy grande, me he asomado con cuidado porque abajo hay bocas, pero no he visto
ningún conejo. He vuelto hacia atrás y se ha levantado un bando en dirección a
las vías, iban muy largas pero he tirado, con la suerte de cara, ha caído una
en medio del barbecho, la he estado vigilando por si acaso hasta que la Jara la
ha cobrado, bueno ya tengo dos. Cuando me dirigía a buscar las otras, he visto
a estos que venían en mi dirección, les he avisado y hemos cruzado juntos. Nada
más cruzar la vía se han vuelto a levantar justo en la linde con el otro coto y
ahí ya no he podido seguirlas.
He vuelto pegado a la zona del basurero,
viendo que ellos iban por las vías, justo al lado del cercado de las placas
solares, estaba el bando, por lo menos siete u ocho, pero se han salido al
llano y han acabado volando para atrás, estas para otro día, ya no me vuelvo.
Al cruzar la carretera, justo antes de la vía, he visto cruzar un conejo, la
Jara iba por debajo, cuando me he asomado por si lo veía, la Jara se ha quedado
de muestra, no ha tardado en saltar el conejo, lo he pillado cuando ya saltaba
el bancal, ha caído en el otro, la Jara me lo ha traído a los pies, que buena
es mi perrilla!!!!.
Ya no he visto nada hasta llegar al coche,
y como estos no estaban he cambiado de sitio yo solo. Pero casi mejor me
hubiera quedado ya allí para el rato que quedaba, porque he ido al sucio de las
viñas y al de la cantera y ni en uno ni en otro he visto nada, ni de lejos. No
sé si habría pasado alguien o qué, pero es raro. Eran ya las cuatro y media, la
niebla estaba bajando otra vez, así que he dado por concluido el día, que para
venir solo no se me ha dado muy mal, aunque con suerte, claro. Al final cuatro
conejos y dos perdices, que para como está la cosa está muy bien.

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