Hoy vamos a cambiar de sitio por la mañana,
vamos a los silos, sólo estuvimos si mal no recuerdo, el primer día. Aparcamos
y montamos rápido, hace bastante frío y apetece empezar a andar. El primer
trozo está bastante limpio, así que es difícil que salte algo, si acaso las
perdices y siempre vuelan al otro lado de la carretera, que es reserva, anda
que son tontas. Al llegar a un trozo donde hay olivos, la Jara se mete por el
margen, veo algo saltar hacia atrás, al campo arado, es un conejo, me quedo con
él, pero es que por detrás viene otro y lo mismo, pues empiezo bien, doblete de
conejos. Continuamos haciendo márgenes, pero hasta que no llegamos cerca de la
vía nada. Allí la Jara vuelve a quedarse de muestra, y a pesar de que el conejo
me sale bien, sube a la parte de arriba del bancal y es mi hermano el que lo
tira, así compartimos, para que luego se queje. De las perdices ni rastro.
Rodeando el cerro que hay junto a la compactadora de basuras, veo que la Jara
empieza a tocar hasta que se queda parada, delante hay un matón grande. Me
preparo para tener más visión, al momento salta el conejo y lo pillo justo
cuando ya lo perdía de vista, pero lo engancho, la Jara me lo trae contenta,
buen trabajo en equipo.
Seguimos andando, pero está claro que no hay
mucha vida. En el trozo más sucios de las chaparras corren las perras un par de
conejos y los laten, pero sin llegar a poder verlos. Empezamos a dar la vuelta
y junto a las perreras he tirado una zurita, la verdad que con el sol de cara no sabía si era torcaz o qué, así que ante la duda, zapatazo. Más adelante se ha levantado un bando con cuatro o cinco perdices, pero ya
no las volvemos a ver. Junto a la autovía descuelgo una torcaz con un buen
tiro, se ha quedado frita en el aire. Después, pegando a la vía, las perras han
sacado un conejo del pie de un olivo, pero el sol le ha jugado una mala pasada
a mi hermano y se le ha ido. Luego nos hemos separado, mi hermano pegado a la
granja y yo a la autovía, los dos hemos visto perdices pero sin posibilidad de
tirarlas, hoy no es el día.
Cambiamos de sitio y vamos buscando el
bando que hemos levantado los últimos días junto a la cantera, pero hoy dejamos
el coche junto al sucio de los conejos. Allí veo gazapear uno, al llegar la
Jara por donde lo he perdido de vista, se queda de muestra. Aviso a mi hermano,
salta el conejo, me quedo con él, creo que gracias al dispersante, porque aquí
los tiros, como está muy sucio son a tenazón. En los almendros, donde el
otro día tiré las perdices, se le levanta a mi hermano el bando, descuelga una
de ala y empieza a gritarme, bajo a toda prisa. Finalmente la cobra la Cata,
menos mal. Cambiamos de dirección intentando levantarlas otra vez, pero nada.
Volviendo hacia atrás, en dirección al coche, he visto una volar del
sucio, pero muy lejos. Justo encima del coche, mientras vigilaba desde arriba
por si los perros levantaban algún conejo, ha salido el zorro, lo he revolcado
con el primero, se ha tapado y luego le he soltado otro, también lo ha acusado,
quizás este ya no coma más conejos ni perdices.
Cambiamos de nuevo de sitio. Hacemos
rápidamente el sucio de por encima de las viñas, movemos tres o cuatro conejos,
pero allí están difíciles de tirar, pero consigo quedarme con uno. Llegando al coche, he tirado un zorzal, tenía ganas y eso que ahora no los tiramos, ha caído. Mi hermano
quiere comer ya, pero lo convenzo para ir un momento a dar una vuelta junto al
parque, a la salida del pueblo, allí podemos tirar alguna torcaz y con suerte
algún conejo.
La verdad que en este sitio hay que ir con
cuidado porque hay varios caminos que lo cruzan y la gente, al estar cerca del
pueblo, sale a pasear los perros y a correr. Hacemos la cara de la derecha del
cerro y casi al final le tiro a un conejo que entraba al pie de un olivo, veo
que la Jara sale con él en la boca, perfecto. Empezamos a rodear y vemos pasar
varios grupos de torcaces, le tiro a una suelta, pero ni se mueve y eso que yo no la veía tan
lejos. Vuelvo a tirar a otras que me pasan por encima, pero más altas, tampoco
hay suerte. De repente veo a la Jara que se queda de muestra, aunque no da
tiempo a mucho y salta el conejo, sube como una bala pero está bastante limpio
y me quedo con él sin problemas. Lo está cobrando la Jara cuando mi hermano me
grita que sube otro, lo veo justo por debajo de la Jara, me da miedo y no lo
tiro, después le suelto un tiro en la parte de arriba cuando casi no lo veía,
pero lo fallo, mejor que se vaya a tocar a la perra. Cruzamos un camino y mi
hermano dice que se va a comer, yo aún hago un trozo más, pero viene un pastor
con las ovejas por medio de los olivos, así que me doy media vuelta y a comer
al coche.
Decidimos dar una vuelta en la granja
después de comer y luego terminar en las vías, a ver si se mueven los conejos.
En la primera zona no vemos nada, luego en los bancales, entre los dos, salta
una perdiz, le suelto el primero y al suelo, por fin. Al final veo un par más,
una muy bien pero en línea con la carretera y no la puedo tirar. Ya en
dirección al coche, veo venir un cazador. De repente la Jara se queda de
muestra, aviso al hombre y le digo que sobretodo cuidado con la perra, me dice
que tranquilo. La perra da un salto encima de la mata y sale disparado el
conejo, por suerte la hierba aquí me deja ver un poco y me hago con él. El
hombre me dice que las perdices han volado de donde viene él, a ver si las
levantamos. Se lo digo a mi hermano que va por la parte alta del cerro y
seguimos. No tardamos en verlas, tiramos un tiro cada uno, pero están fuera de
tiro, bajamos a los llanos a buscarlas, pero nada de nada. Mi hermano está
bastante quemado y van refunfuñando todo el camino hasta el coche, la verdad
que no se ve mucha cosa y yo por suerte tengo a la Jara que con los conejos
trabaja muy bien.
Como habíamos hablado decidimos terminar en las vías, suele ser un buen sitio por la tarde, ya a última hora, sobretodo para los conejos. Aparcamos junto a los olivos donde esta mañana hice el doblete nada más empezar. Vamos haciendo varios puntos que siempre tienen algo pero sin resultado, la cosa no pinta bien. Cunado llevamos un rato mi hermano me dice que él se da la vuelta y que nos vemos en el coche, bueno. La suya no ha sido mala opción porque he estado haciendo unos sitios donde normalmente en un rato haces tres o cuatro conejos y no he levantado nada. Lo único, un bando bueno de perdices, que se han terminado colando en el interior del basurero, ya saben ellas que hay valla y no puedo pasar. Al final y con la cosa de las perdices se me ha hecho tarde, así que he llamado a mi hermano para que me viniera a buscar. Recuento final de nueve conejos, dos perdices, una torcaz, una zurita y un zorzal, pero aprovechando mucho las oportunidades, no me canso de decir que no sé que haría sin mi Jara.

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