martes, 3 de diciembre de 2013

Jueves 28 Noviembre

    Hoy vamos a cambiar de sitio por la mañana, vamos a los silos, sólo estuvimos si mal no recuerdo, el primer día. Aparcamos y montamos rápido, hace bastante frío y apetece empezar a andar. El primer trozo está bastante limpio, así que es difícil que salte algo, si acaso las perdices y siempre vuelan al otro lado de la carretera, que es reserva, anda que son tontas. Al llegar a un trozo donde hay olivos, la Jara se mete por el margen, veo algo saltar hacia atrás, al campo arado, es un conejo, me quedo con él, pero es que por detrás viene otro y lo mismo, pues empiezo bien, doblete de conejos. Continuamos haciendo márgenes, pero hasta que no llegamos cerca de la vía nada. Allí la Jara vuelve a quedarse de muestra, y a pesar de que el conejo me sale bien, sube a la parte de arriba del bancal y es mi hermano el que lo tira, así compartimos, para que luego se queje. De las perdices ni rastro. Rodeando el cerro que hay junto a la compactadora de basuras, veo que la Jara empieza a tocar hasta que se queda parada, delante hay un matón grande. Me preparo para tener más visión, al momento salta el conejo y lo pillo justo cuando ya lo perdía de vista, pero lo engancho, la Jara me lo trae contenta, buen trabajo en equipo.
    Seguimos andando, pero está claro que no hay mucha vida. En el trozo más sucios de las chaparras corren las perras un par de conejos y los laten, pero sin llegar a poder verlos. Empezamos a dar la vuelta y junto a las perreras he tirado una zurita, la verdad que con el sol de cara no sabía si era torcaz o qué, así que ante la duda, zapatazo. Más adelante se ha levantado un bando con cuatro o cinco perdices, pero ya no las volvemos a ver. Junto a la autovía descuelgo una torcaz con un buen tiro, se ha quedado frita en el aire. Después, pegando a la vía, las perras han sacado un conejo del pie de un olivo, pero el sol le ha jugado una mala pasada a mi hermano y se le ha ido. Luego nos hemos separado, mi hermano pegado a la granja y yo a la autovía, los dos hemos visto perdices pero sin posibilidad de tirarlas, hoy no es el día.
    Cambiamos de sitio y vamos buscando el bando que hemos levantado los últimos días junto a la cantera, pero hoy dejamos el coche junto al sucio de los conejos. Allí veo gazapear uno, al llegar la Jara por donde lo he perdido de vista, se queda de muestra. Aviso a mi hermano, salta el conejo, me quedo con él, creo que gracias al dispersante, porque aquí los tiros, como está muy sucio son a tenazón. En los almendros, donde el otro día tiré las perdices, se le levanta a mi hermano el bando, descuelga una de ala y empieza a gritarme, bajo a toda prisa. Finalmente la cobra la Cata, menos mal. Cambiamos de dirección intentando levantarlas otra vez, pero nada. Volviendo hacia atrás, en dirección al coche, he visto una volar del sucio, pero muy lejos. Justo encima del coche, mientras vigilaba desde arriba por si los perros levantaban algún conejo, ha salido el zorro, lo he revolcado con el primero, se ha tapado y luego le he soltado otro, también lo ha acusado, quizás este ya no coma más conejos ni perdices.
    Cambiamos de nuevo de sitio. Hacemos rápidamente el sucio de por encima de las viñas, movemos tres o cuatro conejos, pero allí están difíciles de tirar, pero consigo quedarme con uno. Llegando al coche, he tirado un zorzal, tenía ganas y eso que ahora no los tiramos, ha caído. Mi hermano quiere comer ya, pero lo convenzo para ir un momento a dar una vuelta junto al parque, a la salida del pueblo, allí podemos tirar alguna torcaz y con suerte algún conejo.
    La verdad que en este sitio hay que ir con cuidado porque hay varios caminos que lo cruzan y la gente, al estar cerca del pueblo, sale a pasear los perros y a correr. Hacemos la cara de la derecha del cerro y casi al final le tiro a un conejo que entraba al pie de un olivo, veo que la Jara sale con él en la boca, perfecto. Empezamos a rodear y vemos pasar varios grupos de torcaces, le tiro a una suelta,  pero ni se mueve y eso que yo no la veía tan lejos. Vuelvo a tirar a otras que me pasan por encima, pero más altas, tampoco hay suerte. De repente veo a la Jara que se queda de muestra, aunque no da tiempo a mucho y salta el conejo, sube como una bala pero está bastante limpio y me quedo con él sin problemas. Lo está cobrando la Jara cuando mi hermano me grita que sube otro, lo veo justo por debajo de la Jara, me da miedo y no lo tiro, después le suelto un tiro en la parte de arriba cuando casi no lo veía, pero lo fallo, mejor que se vaya a tocar a la perra. Cruzamos un camino y mi hermano dice que se va a comer, yo aún hago un trozo más, pero viene un pastor con las ovejas por medio de los olivos, así que me doy media vuelta y a comer al coche.

    Decidimos dar una vuelta en la granja después de comer y luego terminar en las vías, a ver si se mueven los conejos. En la primera zona no vemos nada, luego en los bancales, entre los dos, salta una perdiz, le suelto el primero y al suelo, por fin. Al final veo un par más, una muy bien pero en línea con la carretera y no la puedo tirar. Ya en dirección al coche, veo venir un cazador. De repente la Jara se queda de muestra, aviso al hombre y le digo que sobretodo cuidado con la perra, me dice que tranquilo. La perra da un salto encima de la mata y sale disparado el conejo, por suerte la hierba aquí me deja ver un poco y me hago con él. El hombre me dice que las perdices han volado de donde viene él, a ver si las levantamos. Se lo digo a mi hermano que va por la parte alta del cerro y seguimos. No tardamos en verlas, tiramos un tiro cada uno, pero están fuera de tiro, bajamos a los llanos a buscarlas, pero nada de nada. Mi hermano está bastante quemado y van refunfuñando todo el camino hasta el coche, la verdad que no se ve mucha cosa y yo por suerte tengo a la Jara que con los conejos trabaja muy bien.
    Como habíamos hablado decidimos terminar en las vías, suele ser un buen sitio por la tarde, ya a última hora, sobretodo para los conejos. Aparcamos junto a los olivos donde esta mañana hice el doblete nada más empezar. Vamos haciendo varios puntos que siempre tienen algo pero sin resultado, la cosa no pinta bien. Cunado llevamos un rato mi hermano me dice que él se da la vuelta y que nos vemos en el coche, bueno. La suya no ha sido mala opción porque he estado haciendo unos sitios donde normalmente en un rato haces tres o cuatro conejos y no he levantado nada. Lo único, un bando bueno de perdices, que se han terminado colando en el interior del basurero, ya saben ellas que hay valla y no puedo pasar. Al final y con la cosa de las perdices se me ha hecho tarde, así que he llamado a mi hermano para que me viniera a buscar. Recuento final de nueve conejos, dos perdices, una torcaz, una zurita y un zorzal, pero aprovechando mucho las oportunidades, no me canso de decir que no sé que haría sin mi Jara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si te ha gustado deja un comentario, gracias.