sábado, 28 de diciembre de 2013

El bosque

    Esta tarde voy decidido a ponerme en el sitio donde el otro día no me aguantaron la luz, llevo la nueva linterna de láser, quizás con esta no se espanten, con suerte claro, tampoco creo que esto sea nada milagroso y aquí están bastante moscas.
Al mediodía ya he dejado montada la silla, así no me entretengo. En cuanto he llegado he centrado el haz de la linterna con el visor, para ver justamente el sitio y no alumbrar de más. La verdad que es bastante más disimulado que la luz de la linterna normal, pero no termina de convencerme, ya veremos.  las seis ya estaba oscureciendo y escuchaba la gente de las máquinas que están trabajando en el cementerio que queda a mi espalda. A los cinco minutos, me ha parecido sentir ruido en el monte y casi sin darme tiempo de aburrirme ya los tenía allí. He levantado el rifle antes de que entraran y he apuntado, todavía veo para tirar sin luz. De repente veo dos bultos entrar, apunto y dan un respingo, pero no se marchan, vuelven y entra el grande primero, apunto a la cabeza y disparo. Miro por el visor, mientras escucho como el otro chico rompe monte, huyendo a la carrera, veo el bulto negro inmóvil, ha caído. Bajo con cuidado, me acerco y lo aparto del comedero, lo arrastro hasta la base de un árbol y me vuelvo a subir. Quiero probar por si entran más como el otro día, sobre todo por si aparece el grande.
   

    Van pasando las horas y no vuelvo a escuchar nada, así que finalmente sobre las diez me bajo y desmonto la silla, me la pongo en la espalda, el rifle en el hombro y empiezo a tirar del guarro hacia la carretera. A pesar de no estar excesivamente lejos, el camino se hace pesado, entre las ramas y tirar del bicho solo, pues la verdad que no es tarea fácil. Finalmente llego al coche y lo cargo en el maletero. Llamo a Iñaki y me voy para su casa, todavía me queda faena y encima hoy no me puede ni ayudar porque se va de vacaciones y está preparando, en fin, es lo que hay.

Jueves 5 de Diciembre

    Hoy he venido solo, mi hermano no ha podido conseguir el día, es más aburrido pero también me gusta de vez en cuando ir a mi aire, solo con la Jara. El día ha amanecido muy feo, la niebla amenaza con echarse y estropearlo todo. He empezado cazando desde la zona de la granja hacia la autovía, buscando algún conejo y el bando de perdices de siempre. Nada más entrar, en los primeros olivos, se han levantado al menos dos perdices, largas pero he disparado una vez, sin resultado. He ido haciendo márgenes y asomándome a los filos pero no he levantado nada. He llegado al cerro del final, dando vistas a los campos de maíz, ya hay muchos segados. Allí ha saltado un conejo, al tirarlo, de la parte de abajo del cerro han volado cuatro perdices, las he perdido en dirección a un margen a mi derecha, ahora iré, primero recojo el conejo, que me he quedado con él. En el margen he tenido un error, he dejado que la Jara fuera por debajo como siempre, esperando que subiera algún conejo, pero lo que ha pasado es que las perdices se han levantado y no las he podido tirar.
    La niebla ha ido a peor, ha empezado a bajar y por las partes altas ya no se veía. He decidido meterme en los llanos por si en algún sitio se me levantaban las perdices y aunque las he levantado una vez más, han salido muy retiradas. He continuado un rato más y en un campo de almendros, al pie de uno, se ha levantado otro conejo que ha terminado en la mochila. Al poco he tenido que descargar la escopeta y dirigirme al coche, la niebla se ha metido ya en todos sitios y no puedo seguir cazando. He llamado a los otros que cazan los jueves, con los que tomamos café por la mañana y hemos ido a almorzar al bar, con la esperanza que abra la niebla mas tarde.
    Hasta casi las doce no hemos podido salir de nuevo, hemos ido juntos, aunque no revueltos. Hemos aparcado junto a los silos, ellos entrarán pegados a la autovía y yo por la parte de las vías, para juntarnos en las basuras, junto a la perrera municipal. En los olivos donde el otro día hice el doblete de conejos, ha volado una perdiz en dirección a las chaparras, junto a la carretera. He entrado despacio, pero no ha subido ningún conejo, al llegar al final me he asomado con cuidado al campo por si saltaba la perdiz, pero nada. La Jara ha cogido por el filo, justo por encima de la carretera y la perdiz se ha levantado hacia mi lado, cruzada, pero a buena distancia, me la he colgado sin más problemas, menuda suerte porque normalmente salen cruzando al otro lado de la carretera. Un poco más adelante, casi donde el otro día mató mi hermano un conejo, la Jara ha sacado otro y lo he podido parar cuando ponía tierra de por medio. No he visto nada más hasta llegar a las chaparras, pasada ya la compactadora de las basuras. Allí la Jara ha apretado un par de conejos pero no los he podido tirar por miedo a darle a ella. Al acabar ese trozo, se ha levantado una becada, así que como no son de volar muy lejos, he seguido todo el filo y la he vuelto a levantar, tapada con las encinas, la he tirado y la he visto como encogía el ala, he salido corriendo. He buscado con la perra por todos sitios y nada, quizás no la haya tumbado o se haya metido por debajo del pasto y la perra no la haya encontrado, la cosa es que no he dado con ella. He llegado al final del coto, allí hay una explanada muy grande, me he asomado con cuidado porque abajo hay bocas, pero no he visto ningún conejo. He vuelto hacia atrás y se ha levantado un bando en dirección a las vías, iban muy largas pero he tirado, con la suerte de cara, ha caído una en medio del barbecho, la he estado vigilando por si acaso hasta que la Jara la ha cobrado, bueno ya tengo dos. Cuando me dirigía a buscar las otras, he visto a estos que venían en mi dirección, les he avisado y hemos cruzado juntos. Nada más cruzar la vía se han vuelto a levantar justo en la linde con el otro coto y ahí ya no he podido seguirlas.
    He vuelto pegado a la zona del basurero, viendo que ellos iban por las vías, justo al lado del cercado de las placas solares, estaba el bando, por lo menos siete u ocho, pero se han salido al llano y han acabado volando para atrás, estas para otro día, ya no me vuelvo. Al cruzar la carretera, justo antes de la vía, he visto cruzar un conejo, la Jara iba por debajo, cuando me he asomado por si lo veía, la Jara se ha quedado de muestra, no ha tardado en saltar el conejo, lo he pillado cuando ya saltaba el bancal, ha caído en el otro, la Jara me lo ha traído a los pies, que buena es mi perrilla!!!!.
    Ya no he visto nada hasta llegar al coche, y como estos no estaban he cambiado de sitio yo solo. Pero casi mejor me hubiera quedado ya allí para el rato que quedaba, porque he ido al sucio de las viñas y al de la cantera y ni en uno ni en otro he visto nada, ni de lejos. No sé si habría pasado alguien o qué, pero es raro. Eran ya las cuatro y media, la niebla estaba bajando otra vez, así que he dado por concluido el día, que para venir solo no se me ha dado muy mal, aunque con suerte, claro. Al final cuatro conejos y dos perdices, que para como está la cosa está muy bien.

    

martes, 3 de diciembre de 2013

Jueves 28 Noviembre

    Hoy vamos a cambiar de sitio por la mañana, vamos a los silos, sólo estuvimos si mal no recuerdo, el primer día. Aparcamos y montamos rápido, hace bastante frío y apetece empezar a andar. El primer trozo está bastante limpio, así que es difícil que salte algo, si acaso las perdices y siempre vuelan al otro lado de la carretera, que es reserva, anda que son tontas. Al llegar a un trozo donde hay olivos, la Jara se mete por el margen, veo algo saltar hacia atrás, al campo arado, es un conejo, me quedo con él, pero es que por detrás viene otro y lo mismo, pues empiezo bien, doblete de conejos. Continuamos haciendo márgenes, pero hasta que no llegamos cerca de la vía nada. Allí la Jara vuelve a quedarse de muestra, y a pesar de que el conejo me sale bien, sube a la parte de arriba del bancal y es mi hermano el que lo tira, así compartimos, para que luego se queje. De las perdices ni rastro. Rodeando el cerro que hay junto a la compactadora de basuras, veo que la Jara empieza a tocar hasta que se queda parada, delante hay un matón grande. Me preparo para tener más visión, al momento salta el conejo y lo pillo justo cuando ya lo perdía de vista, pero lo engancho, la Jara me lo trae contenta, buen trabajo en equipo.
    Seguimos andando, pero está claro que no hay mucha vida. En el trozo más sucios de las chaparras corren las perras un par de conejos y los laten, pero sin llegar a poder verlos. Empezamos a dar la vuelta y junto a las perreras he tirado una zurita, la verdad que con el sol de cara no sabía si era torcaz o qué, así que ante la duda, zapatazo. Más adelante se ha levantado un bando con cuatro o cinco perdices, pero ya no las volvemos a ver. Junto a la autovía descuelgo una torcaz con un buen tiro, se ha quedado frita en el aire. Después, pegando a la vía, las perras han sacado un conejo del pie de un olivo, pero el sol le ha jugado una mala pasada a mi hermano y se le ha ido. Luego nos hemos separado, mi hermano pegado a la granja y yo a la autovía, los dos hemos visto perdices pero sin posibilidad de tirarlas, hoy no es el día.
    Cambiamos de sitio y vamos buscando el bando que hemos levantado los últimos días junto a la cantera, pero hoy dejamos el coche junto al sucio de los conejos. Allí veo gazapear uno, al llegar la Jara por donde lo he perdido de vista, se queda de muestra. Aviso a mi hermano, salta el conejo, me quedo con él, creo que gracias al dispersante, porque aquí los tiros, como está muy sucio son a tenazón. En los almendros, donde el otro día tiré las perdices, se le levanta a mi hermano el bando, descuelga una de ala y empieza a gritarme, bajo a toda prisa. Finalmente la cobra la Cata, menos mal. Cambiamos de dirección intentando levantarlas otra vez, pero nada. Volviendo hacia atrás, en dirección al coche, he visto una volar del sucio, pero muy lejos. Justo encima del coche, mientras vigilaba desde arriba por si los perros levantaban algún conejo, ha salido el zorro, lo he revolcado con el primero, se ha tapado y luego le he soltado otro, también lo ha acusado, quizás este ya no coma más conejos ni perdices.
    Cambiamos de nuevo de sitio. Hacemos rápidamente el sucio de por encima de las viñas, movemos tres o cuatro conejos, pero allí están difíciles de tirar, pero consigo quedarme con uno. Llegando al coche, he tirado un zorzal, tenía ganas y eso que ahora no los tiramos, ha caído. Mi hermano quiere comer ya, pero lo convenzo para ir un momento a dar una vuelta junto al parque, a la salida del pueblo, allí podemos tirar alguna torcaz y con suerte algún conejo.
    La verdad que en este sitio hay que ir con cuidado porque hay varios caminos que lo cruzan y la gente, al estar cerca del pueblo, sale a pasear los perros y a correr. Hacemos la cara de la derecha del cerro y casi al final le tiro a un conejo que entraba al pie de un olivo, veo que la Jara sale con él en la boca, perfecto. Empezamos a rodear y vemos pasar varios grupos de torcaces, le tiro a una suelta,  pero ni se mueve y eso que yo no la veía tan lejos. Vuelvo a tirar a otras que me pasan por encima, pero más altas, tampoco hay suerte. De repente veo a la Jara que se queda de muestra, aunque no da tiempo a mucho y salta el conejo, sube como una bala pero está bastante limpio y me quedo con él sin problemas. Lo está cobrando la Jara cuando mi hermano me grita que sube otro, lo veo justo por debajo de la Jara, me da miedo y no lo tiro, después le suelto un tiro en la parte de arriba cuando casi no lo veía, pero lo fallo, mejor que se vaya a tocar a la perra. Cruzamos un camino y mi hermano dice que se va a comer, yo aún hago un trozo más, pero viene un pastor con las ovejas por medio de los olivos, así que me doy media vuelta y a comer al coche.

    Decidimos dar una vuelta en la granja después de comer y luego terminar en las vías, a ver si se mueven los conejos. En la primera zona no vemos nada, luego en los bancales, entre los dos, salta una perdiz, le suelto el primero y al suelo, por fin. Al final veo un par más, una muy bien pero en línea con la carretera y no la puedo tirar. Ya en dirección al coche, veo venir un cazador. De repente la Jara se queda de muestra, aviso al hombre y le digo que sobretodo cuidado con la perra, me dice que tranquilo. La perra da un salto encima de la mata y sale disparado el conejo, por suerte la hierba aquí me deja ver un poco y me hago con él. El hombre me dice que las perdices han volado de donde viene él, a ver si las levantamos. Se lo digo a mi hermano que va por la parte alta del cerro y seguimos. No tardamos en verlas, tiramos un tiro cada uno, pero están fuera de tiro, bajamos a los llanos a buscarlas, pero nada de nada. Mi hermano está bastante quemado y van refunfuñando todo el camino hasta el coche, la verdad que no se ve mucha cosa y yo por suerte tengo a la Jara que con los conejos trabaja muy bien.
    Como habíamos hablado decidimos terminar en las vías, suele ser un buen sitio por la tarde, ya a última hora, sobretodo para los conejos. Aparcamos junto a los olivos donde esta mañana hice el doblete nada más empezar. Vamos haciendo varios puntos que siempre tienen algo pero sin resultado, la cosa no pinta bien. Cunado llevamos un rato mi hermano me dice que él se da la vuelta y que nos vemos en el coche, bueno. La suya no ha sido mala opción porque he estado haciendo unos sitios donde normalmente en un rato haces tres o cuatro conejos y no he levantado nada. Lo único, un bando bueno de perdices, que se han terminado colando en el interior del basurero, ya saben ellas que hay valla y no puedo pasar. Al final y con la cosa de las perdices se me ha hecho tarde, así que he llamado a mi hermano para que me viniera a buscar. Recuento final de nueve conejos, dos perdices, una torcaz, una zurita y un zorzal, pero aprovechando mucho las oportunidades, no me canso de decir que no sé que haría sin mi Jara.