lunes, 30 de junio de 2014

Últimas salidas

La temporada ha acabado y las últimas salidas han sido un poco a todo. Hemos ido a los zorzales y también a por los conejos. De estos últimos días y sus correspondientes lances, me quedan dos grabados en la memoria.
     El primero del último conejo de la temporada, que como no podía ser de otra manera, se lo debo a mi Jara. Íbamos rebuscando por el margen de chaparras junto a la vía, hace como una especie de ele, de repente veo cruzar uno por delante, antes de llegar la Jara, cruza el trozo limpio de campo en dirección a las bocas y se pone a salvo. La Jara sigue rebuscando, se para, está de muestra, me preparo y el conejo salta a lo limpio, lo dejo y le suelto el primero, el tiro lo engancha de lleno y lo hace girar por completo sobre sí mismo, mi perrilla no tarda ni un segundo en cogerlo. Es una máquina, ahora la he echado con el perro de mi primo, a ver si nos podemos quedar un cachorro de ella, me haría mucha ilusión.                                        
    El segundo fue yendo a los zorzales. Hacía un día con mucho aire y los pocos pájaros que había salían como cohetes, haciendo muy difícil el tiro pero al mismo tiempo muy divertido. Mi hermano entraba por el bajo de un pinar y yo por arriba, el aire soplaba de lo lindo de cara a mí. De repente tira él y salen dos zorzales por la punta, se quedan como suspendidos, tiro uno y se queda muerto en el aire, me voy con el segundo y lo mismo, caen al suelo casi los dos al mismo tiempo, la Jara no sabe por donde empezar.
 Ahora ya sólo nos queda esperar a la temporada que viene con la ilusión de todos los años, que las perdices y los conejos se multipliquen como los panes y los peces. De todas maneras voy a estar entretenido con los jabalíes, comienzan las esperas por daños en breve. Aquí dejo alguna de las fotos de las últimas salidas.





miércoles, 8 de enero de 2014

Jueves 26 de Diciembre

     De nuevo solo, hoy tampoco viene mi  hermano. Cazaré otra vez con uno de los otros chavales que también viene solo, bueno, con un amigo. Hoy el día tampoco acompaña, hace un aire de mil demonios. Hemos empezado en los silos, como el último día. Al salir del primer tramo sucio he tirado una torcaz, que ha pegado un buen pelotazo. Pero de conejos y perdices ni rastro, no me extraña, con este aire es normal. Hemos dado toda la vuelta sin ver nada, únicamente junto a las chaparras del basurero los perros han apretado algún conejo, aunque ni los hemos llegado a ver. He entrado con cuidado buscando el bando que ví el otro día en el alto de las placas solares, y de una de las esquinas se han levantado cuatro, he tirado la primera que he visto, larga, luego otra que se ha levantado un poco más cerca, al suelo, pero de ala. He salido corriendo porque desde donde estaba no la veía. He llamado al otro, pero como casi siempre pasa, se ha esfumado y aunque hemos revisado un buen trozo, no he dado con ella. Nos hemos separado llegando al coche, en un campo de olivos la Jara se ha quedado de muestra, me hubiera dado tiempo a echarme uno o dos cigarros, al final he tirado una piedra al pie del olivo y ha salido el conejo disparado, por suerte a pegado un quiebro porque llevaba la Jara pegada y lo he podido tirar, a la saca. Así he llegado al coche, el otro chaval no ha pegado ni un tiro.
    Hemos ido junto al canal, este año me parece que ningún día había venido por aquí. Al poco de entrar he visto venir un zorro en mi dirección, por en medio de un llano, me he agachado y cuando me he vuelto a levantar, había cambiado de dirección, aunque estaba ya un poco largo lo he tirado, se ha encogido y ha salido como un rayo, se ha ido calentito. Al rato he visto tres perdices, dos han cruzado el canal y otra ha salido hacia delante, la he vuelto a levantar pero larga, ni la he tirado. Dando ya la vuelta, en dirección al coche, he levantado primero dos, he avisado a este, para que se bajara un poco por si las veía. Al momento se han levantado otras tres, dos hacia el vallado de las placas y otra hacia los campos de la izquierda. He vuelto a levantar las dos de la derecha, una la ha tirado el otro pero sin suerte. He seguido por la zona alta, haciendo los recodos que hace el cerro, bordeando la valla de las placas. Allí casi engancho una pero me ha tapado una chaparra, y a pesar de levantarse cerca, no la he podido tirar. Llegando al final he rodeado una casa que hay en ruinas, al girar la pared he visto una apeonando, la he podido tirar en el suelo, pero como se ha ido hacia atrás, he vuelto pegado a la pared de la casa, esperando levantarla al salir por la otra punta de la casa, pero finalmente ha cogido el cerro abajo y no la he vuelto a ver, mala suerte. Abajo han volado tres o cuatro y estos al final se han quedado con una, que ha aguantado en un margen. Al llegar al coche me he despedido de este porque se iba, comida familiar.
    He cogido el coche y me he ido a hacer los sucios, a picotear, buscando hacer un algún conejo más. En el primero, en la zona de las viñas, no he visto ni uno, para quitarme el gusanillo y calentar he tirado un par de zorzales, a la Jara no le gustan mucho, pero los trae, aunque está claro que le gustan más los conejos.
    Luego he vuelto a cambiar de zona, a lo de la cantera. Allí nada más entrar, la Jara ha ido haciendo el trozo del canal de hormigón y ha sacado uno, me he quedado con él. He salido del sucio, sin ver nada más. Ya a la altura de la cantera, en un filo donde ya maté uno, se ha quedado de muestra y el conejo ha salido a lo limpio, se ha llevado dos tiros, porque a pesar de tocarlo en el primero, se ha quedado haciendo el tonto y no me he arriesgado a que se metiera en una boca mientras llegaba la perra. He hecho un campo de olivos y luego ya he pasado a una de las caras del cerro, de nuevo la perra de muestra. El conejo ha salido hacia arriba, cuando me he acercado a la mata, y lo he parado en seco cuando ya lo perdía de vista en otro matón grande, la Jara iba detrás y al llegar no lo traía, ya me he imaginado lo que pasaba, al acercarme he visto que el tiro lo ha pillado de lleno y lo ha hecho puré, una lástima. Lo he dejado allí, seguro que algún zorro me lo agradece.
    He continuado por esa cara y llegando al final, ayudado por el aire, se ha levantado una perdiz que había aguantado confiada, mala opción, le ha costado caro. He cruzado a  la otra cara, y sin darme casi tiempo a colgarme la primera, se ha levantado otra, también ha ido al suelo, que suerte, al final el aire no me va a venir tan mal. He ido haciendo todos los márgenes pero sin ver nada más. He cogido dirección al coche y en un trozo de olivos, la Jara otra vez marcando. El olivo esta justo en el margen del campo, en el mismo filo. He intentado colocarme viendo la parte de arriba y un trozo de abajo. La perra ha entrado y finalmente ha salido a la parte que mejor controlaba, lo he dejado correr y lo he tocado al primero, la Jara lo ha cobrado después de una pequeña persecución porque estaba quebrado de atrás. Llegando al coche, en vez de meterme por el sucio me he quedado en la parte de arriba y la perra por dentro, allí ha salido otro conejo que se ha venido también con nosotros, menuda vuelta.
    He ido a la zona de la granja, para acabar el día. Nada más bajarme y echar a andar a la Jara le ha dado un ataque epiléptico, bastante fuerte, me he tumbado con ella, cuando se estaba recuperando le ha vuelto a repetir, menuda mierda, pobrecita. Cada cierto tiempo le dan y aunque no es muy a menudo, me asusto bastante. La he dejado que se recuperara y hemos empezado a dar la última vuelta. En el primer cerro ya me ha sacado un conejo, pero ha salido por debajo y hacia atrás, lo he tirado por tirar ya sin verlo, un poco al tum tum, sin suerte. En la entrada a los bancales, ha pasado una torcaz a ras de suelo, pero a tiro, ha dejado un buen montón de plumas antes de caer. Pero de conejos nada de nada y perdices lo mismo. He dado la vuelta para irme, aunque en el último momento he cambiado de opinión y he decidido acercarme a la cara sucia del cerro, por si había algún conejo y así ha sido, me ha sacado dos casi seguidos, pero no he podido aprovechar ninguno por culpa de la hierba, demasiado alta. En el último bancal, muy cerca del coche, cuando me he dado cuenta la Jara estaba de muestra, me he intentado colocar, controlando la parte de arriba y el campo de abajo, ha salido abajo, pero con la perra muy pegada, ha quebrado y lo he arriñonado con el primero y cuando iba a soltar el segundo, la Jara se ha cruzado y el conejo se ha metido en un agujero, será posible, cuatro conejos en poco rato y no he podido hacer ninguno, en fin.
    He llegado al coche y a toca recoger, finalmente, cinco conejos, dos perdices, dos torcaces y tres zorzales en la percha, tengo una perra que vale su peso en oro, ojalá la pueda hacer criar y quedarme un cachorro suyo, me haría mucha ilusión.

Jueves 19 de Diciembre

    La semana pasada se fue todo al traste por culpa de la niebla, un día de fortuna, aunque no sé por qué los llaman así, más bien deberían ser días de mierda!!!, toda la semana esperando, para nada.
    Hoy vuelvo a venir solo, mi hermano este mes lo lleva claro. El tiempo no es bueno tampoco, dan lluvia generalizada a partir del mediodía, además por esta zona en concreto, ya veremos. Me he juntado con los otros dos que cazan los jueves y me voy con ellos, para el conejo da igual, pero como la idea es ir detrás de las perdices pues mejor acompañado. Al salir desde los coches, ellos se han ido pegados a la autovía y yo buscando cruzar la vía por la zona de las chaparras. En el primer tramo no he visto nada, pero justo a unos cien metros de la vía, la Jara se ha quedado de muestra junto a un matón. Me he situado buscando ver lo máximo posible, al final el conejo ha saltado aburrido ya de esperar y ha salido por un claro, lo he revolcado con el primero, bueno ya tenemos uno. He cruzado la vía y en vez de coger por la zona del cañar, como cuando vengo con mi hermano, he seguido de frente, buscando cruzar la carreterilla que va al basurero. No ha sido mala idea, porque a la mitad de camino, otra muestra de la Jara y otro conejo a la mochila, no está mal, dos de dos. Llegando a la valla del basurero, la Jara le ha metido un apretón a un conejo en unas chaparras que hay, pero no he llegado a verlo. Al momento de salir del sucio, en un murete de piedra que hay ya casi derruido, se ha quedado de muestra, casi sin tiempo a colocarme, ha salido el conejo, el primero lo he fallado, en el segundo cuando entraba al pie de una chaparra, lo he tocado de atrás, he salido corriendo, pensaba que la perra lo cobraba ahí. Pero cuando me he dado cuenta se ha colado por la valla y daba vueltas por la hierba, he levantado la escopeta para rematarlo y se ha metido basurero adentro por el único sitio que no lo veía, la Jara ha entrado pero supongo que se habrá colado en algún agujero porque no lo ha traído.
    Llegando a la perrera me he juntado con los otros dos, uno llevaba un conejo y el otro nada. Hemos ido dando la vuelta hasta el final del coto y luego retrocediendo hacia la vía por la zona de las chaparras, pero sin resultado. Al llegar a la vía, ellos han cruzado y yo he ido haciendo el lado que antes me dejé sin hacer. Casi en la punta, escucho el característico ruido de la perdiz al arrancarse, a lo primero no la he visto, pero ha cruzado hacia mi izquierda y me he quedado bien con ella, la Jara y yo nos hemos puesto muy contentos, ya están bastante difíciles a estas alturas de temporada. Nada más hasta llegar al coche, allí hemos dicho de ir hacia la zona que suelen hacer ellos, la linde del coto, donde ya han segado el maíz y siempre ven alguna perdiz.
    Primero hemos hecho la zona alta, por si se descolgaba alguna o sacábamos algún conejo. No ha tardado en saltar el primero, venía corriendo desde abajo, huyendo del otro y de los perros, pero cuando lo he podido tirar, sin que hubiera peligro para los perros, ya estaba en la boca. Al poco, el que iba por abajo me ha a visado que subía otro, pero supongo que se ha encerrado en alguna madriguera porque no ha llegado hasta donde estaba yo. Luego he visto un par de perdices volar por delante nuestra, a ver si las levantamos ahora. Pero lo que ha vuelto a subir es un conejo que huía de la Jara y con este si me he podido quedar, la Jara lo ha cobrado tal como venía a la carrera detrás de él, buen trabajo. Al final de la zona del cerro, el de abajo ha matado un conejo, la Jara ha parado otro, que se ha colado directamente en la madriguera y cuando me juntaba con el otro, ha saltado un conejo entre los dos, él le ha soltado dos tiros pero no se ha quedado con él y yo le he tirado uno pero casi sin verlo, no ha habido suerte.
    Ahora ya nos hemos metido en los maices, esto es duro, pero si vale la pena. Yo me he pegado bien a la autovía por si sale alguna hacia allí, intentado cortarlas. El que iba a mi izquierda ha tirado, no sé a qué, pero supongo que a las perdices, desde donde estoy no lo veo. Al rato he visto arrancarse un par de ellas hacia ellos, pero no han tirado. Llegando a una casa grande que hay junto a los campos, se me ha levantado una a huevo, pero en dirección a la autovía, me cago en todo!!. He seguido con cuidado y entre el otro y yo se ha levantado una hacia atrás, larga para mí y para él. Al momento otra, esta más cerca, me he quedado con ella, un tiro muy bonito. La ha cobrado la Jara, aunque como ha salido apeonando le he soltado otro antes por si acaso. Me he colgado la perdiz y la Jara se ha vuelto el campo hacia atrás, creía que sería con el rastro de las que se han levantado y no le he prestado mucha atención, error, al momento he escuchado levantarse la perdiz, me he girado y la he tocado claramente con el primero, aunque ya iba larga, la he visto que iba planeando en dirección a la autovía, se ha metido en una cañas, he salido como una bala. Pero al llegar allí, me he dado cuenta que justo debajo está el carril lateral de la autovía y los coches pasan volando, así que con mucho cuidado he mirado un momento, pero no vale la pena jugársela, la Jara vale más que mil perdices, que se la coman los zorros, maldita!!.

    Hasta llegar al coche nada más, así que a comer, hoy vamos al bar, como llegan las fiestas, nos comeremos un buen arroz. Lo malo ha sido que después de comer ha empezado a llover sin parar y hemos tenido que dar por concluida la jornada, mala suerte, este mes el tiempo no nos está acompañando. Al final tres conejos y dos perdices, muy bien para el rato que hemos cazado, me voy muy contento, aunque un poco dolido por ese conejo herido del basurero y la perdiz de las cañas, así es la caza.

sábado, 28 de diciembre de 2013

El bosque

    Esta tarde voy decidido a ponerme en el sitio donde el otro día no me aguantaron la luz, llevo la nueva linterna de láser, quizás con esta no se espanten, con suerte claro, tampoco creo que esto sea nada milagroso y aquí están bastante moscas.
Al mediodía ya he dejado montada la silla, así no me entretengo. En cuanto he llegado he centrado el haz de la linterna con el visor, para ver justamente el sitio y no alumbrar de más. La verdad que es bastante más disimulado que la luz de la linterna normal, pero no termina de convencerme, ya veremos.  las seis ya estaba oscureciendo y escuchaba la gente de las máquinas que están trabajando en el cementerio que queda a mi espalda. A los cinco minutos, me ha parecido sentir ruido en el monte y casi sin darme tiempo de aburrirme ya los tenía allí. He levantado el rifle antes de que entraran y he apuntado, todavía veo para tirar sin luz. De repente veo dos bultos entrar, apunto y dan un respingo, pero no se marchan, vuelven y entra el grande primero, apunto a la cabeza y disparo. Miro por el visor, mientras escucho como el otro chico rompe monte, huyendo a la carrera, veo el bulto negro inmóvil, ha caído. Bajo con cuidado, me acerco y lo aparto del comedero, lo arrastro hasta la base de un árbol y me vuelvo a subir. Quiero probar por si entran más como el otro día, sobre todo por si aparece el grande.
   

    Van pasando las horas y no vuelvo a escuchar nada, así que finalmente sobre las diez me bajo y desmonto la silla, me la pongo en la espalda, el rifle en el hombro y empiezo a tirar del guarro hacia la carretera. A pesar de no estar excesivamente lejos, el camino se hace pesado, entre las ramas y tirar del bicho solo, pues la verdad que no es tarea fácil. Finalmente llego al coche y lo cargo en el maletero. Llamo a Iñaki y me voy para su casa, todavía me queda faena y encima hoy no me puede ni ayudar porque se va de vacaciones y está preparando, en fin, es lo que hay.

Jueves 5 de Diciembre

    Hoy he venido solo, mi hermano no ha podido conseguir el día, es más aburrido pero también me gusta de vez en cuando ir a mi aire, solo con la Jara. El día ha amanecido muy feo, la niebla amenaza con echarse y estropearlo todo. He empezado cazando desde la zona de la granja hacia la autovía, buscando algún conejo y el bando de perdices de siempre. Nada más entrar, en los primeros olivos, se han levantado al menos dos perdices, largas pero he disparado una vez, sin resultado. He ido haciendo márgenes y asomándome a los filos pero no he levantado nada. He llegado al cerro del final, dando vistas a los campos de maíz, ya hay muchos segados. Allí ha saltado un conejo, al tirarlo, de la parte de abajo del cerro han volado cuatro perdices, las he perdido en dirección a un margen a mi derecha, ahora iré, primero recojo el conejo, que me he quedado con él. En el margen he tenido un error, he dejado que la Jara fuera por debajo como siempre, esperando que subiera algún conejo, pero lo que ha pasado es que las perdices se han levantado y no las he podido tirar.
    La niebla ha ido a peor, ha empezado a bajar y por las partes altas ya no se veía. He decidido meterme en los llanos por si en algún sitio se me levantaban las perdices y aunque las he levantado una vez más, han salido muy retiradas. He continuado un rato más y en un campo de almendros, al pie de uno, se ha levantado otro conejo que ha terminado en la mochila. Al poco he tenido que descargar la escopeta y dirigirme al coche, la niebla se ha metido ya en todos sitios y no puedo seguir cazando. He llamado a los otros que cazan los jueves, con los que tomamos café por la mañana y hemos ido a almorzar al bar, con la esperanza que abra la niebla mas tarde.
    Hasta casi las doce no hemos podido salir de nuevo, hemos ido juntos, aunque no revueltos. Hemos aparcado junto a los silos, ellos entrarán pegados a la autovía y yo por la parte de las vías, para juntarnos en las basuras, junto a la perrera municipal. En los olivos donde el otro día hice el doblete de conejos, ha volado una perdiz en dirección a las chaparras, junto a la carretera. He entrado despacio, pero no ha subido ningún conejo, al llegar al final me he asomado con cuidado al campo por si saltaba la perdiz, pero nada. La Jara ha cogido por el filo, justo por encima de la carretera y la perdiz se ha levantado hacia mi lado, cruzada, pero a buena distancia, me la he colgado sin más problemas, menuda suerte porque normalmente salen cruzando al otro lado de la carretera. Un poco más adelante, casi donde el otro día mató mi hermano un conejo, la Jara ha sacado otro y lo he podido parar cuando ponía tierra de por medio. No he visto nada más hasta llegar a las chaparras, pasada ya la compactadora de las basuras. Allí la Jara ha apretado un par de conejos pero no los he podido tirar por miedo a darle a ella. Al acabar ese trozo, se ha levantado una becada, así que como no son de volar muy lejos, he seguido todo el filo y la he vuelto a levantar, tapada con las encinas, la he tirado y la he visto como encogía el ala, he salido corriendo. He buscado con la perra por todos sitios y nada, quizás no la haya tumbado o se haya metido por debajo del pasto y la perra no la haya encontrado, la cosa es que no he dado con ella. He llegado al final del coto, allí hay una explanada muy grande, me he asomado con cuidado porque abajo hay bocas, pero no he visto ningún conejo. He vuelto hacia atrás y se ha levantado un bando en dirección a las vías, iban muy largas pero he tirado, con la suerte de cara, ha caído una en medio del barbecho, la he estado vigilando por si acaso hasta que la Jara la ha cobrado, bueno ya tengo dos. Cuando me dirigía a buscar las otras, he visto a estos que venían en mi dirección, les he avisado y hemos cruzado juntos. Nada más cruzar la vía se han vuelto a levantar justo en la linde con el otro coto y ahí ya no he podido seguirlas.
    He vuelto pegado a la zona del basurero, viendo que ellos iban por las vías, justo al lado del cercado de las placas solares, estaba el bando, por lo menos siete u ocho, pero se han salido al llano y han acabado volando para atrás, estas para otro día, ya no me vuelvo. Al cruzar la carretera, justo antes de la vía, he visto cruzar un conejo, la Jara iba por debajo, cuando me he asomado por si lo veía, la Jara se ha quedado de muestra, no ha tardado en saltar el conejo, lo he pillado cuando ya saltaba el bancal, ha caído en el otro, la Jara me lo ha traído a los pies, que buena es mi perrilla!!!!.
    Ya no he visto nada hasta llegar al coche, y como estos no estaban he cambiado de sitio yo solo. Pero casi mejor me hubiera quedado ya allí para el rato que quedaba, porque he ido al sucio de las viñas y al de la cantera y ni en uno ni en otro he visto nada, ni de lejos. No sé si habría pasado alguien o qué, pero es raro. Eran ya las cuatro y media, la niebla estaba bajando otra vez, así que he dado por concluido el día, que para venir solo no se me ha dado muy mal, aunque con suerte, claro. Al final cuatro conejos y dos perdices, que para como está la cosa está muy bien.

    

martes, 3 de diciembre de 2013

Jueves 28 Noviembre

    Hoy vamos a cambiar de sitio por la mañana, vamos a los silos, sólo estuvimos si mal no recuerdo, el primer día. Aparcamos y montamos rápido, hace bastante frío y apetece empezar a andar. El primer trozo está bastante limpio, así que es difícil que salte algo, si acaso las perdices y siempre vuelan al otro lado de la carretera, que es reserva, anda que son tontas. Al llegar a un trozo donde hay olivos, la Jara se mete por el margen, veo algo saltar hacia atrás, al campo arado, es un conejo, me quedo con él, pero es que por detrás viene otro y lo mismo, pues empiezo bien, doblete de conejos. Continuamos haciendo márgenes, pero hasta que no llegamos cerca de la vía nada. Allí la Jara vuelve a quedarse de muestra, y a pesar de que el conejo me sale bien, sube a la parte de arriba del bancal y es mi hermano el que lo tira, así compartimos, para que luego se queje. De las perdices ni rastro. Rodeando el cerro que hay junto a la compactadora de basuras, veo que la Jara empieza a tocar hasta que se queda parada, delante hay un matón grande. Me preparo para tener más visión, al momento salta el conejo y lo pillo justo cuando ya lo perdía de vista, pero lo engancho, la Jara me lo trae contenta, buen trabajo en equipo.
    Seguimos andando, pero está claro que no hay mucha vida. En el trozo más sucios de las chaparras corren las perras un par de conejos y los laten, pero sin llegar a poder verlos. Empezamos a dar la vuelta y junto a las perreras he tirado una zurita, la verdad que con el sol de cara no sabía si era torcaz o qué, así que ante la duda, zapatazo. Más adelante se ha levantado un bando con cuatro o cinco perdices, pero ya no las volvemos a ver. Junto a la autovía descuelgo una torcaz con un buen tiro, se ha quedado frita en el aire. Después, pegando a la vía, las perras han sacado un conejo del pie de un olivo, pero el sol le ha jugado una mala pasada a mi hermano y se le ha ido. Luego nos hemos separado, mi hermano pegado a la granja y yo a la autovía, los dos hemos visto perdices pero sin posibilidad de tirarlas, hoy no es el día.
    Cambiamos de sitio y vamos buscando el bando que hemos levantado los últimos días junto a la cantera, pero hoy dejamos el coche junto al sucio de los conejos. Allí veo gazapear uno, al llegar la Jara por donde lo he perdido de vista, se queda de muestra. Aviso a mi hermano, salta el conejo, me quedo con él, creo que gracias al dispersante, porque aquí los tiros, como está muy sucio son a tenazón. En los almendros, donde el otro día tiré las perdices, se le levanta a mi hermano el bando, descuelga una de ala y empieza a gritarme, bajo a toda prisa. Finalmente la cobra la Cata, menos mal. Cambiamos de dirección intentando levantarlas otra vez, pero nada. Volviendo hacia atrás, en dirección al coche, he visto una volar del sucio, pero muy lejos. Justo encima del coche, mientras vigilaba desde arriba por si los perros levantaban algún conejo, ha salido el zorro, lo he revolcado con el primero, se ha tapado y luego le he soltado otro, también lo ha acusado, quizás este ya no coma más conejos ni perdices.
    Cambiamos de nuevo de sitio. Hacemos rápidamente el sucio de por encima de las viñas, movemos tres o cuatro conejos, pero allí están difíciles de tirar, pero consigo quedarme con uno. Llegando al coche, he tirado un zorzal, tenía ganas y eso que ahora no los tiramos, ha caído. Mi hermano quiere comer ya, pero lo convenzo para ir un momento a dar una vuelta junto al parque, a la salida del pueblo, allí podemos tirar alguna torcaz y con suerte algún conejo.
    La verdad que en este sitio hay que ir con cuidado porque hay varios caminos que lo cruzan y la gente, al estar cerca del pueblo, sale a pasear los perros y a correr. Hacemos la cara de la derecha del cerro y casi al final le tiro a un conejo que entraba al pie de un olivo, veo que la Jara sale con él en la boca, perfecto. Empezamos a rodear y vemos pasar varios grupos de torcaces, le tiro a una suelta,  pero ni se mueve y eso que yo no la veía tan lejos. Vuelvo a tirar a otras que me pasan por encima, pero más altas, tampoco hay suerte. De repente veo a la Jara que se queda de muestra, aunque no da tiempo a mucho y salta el conejo, sube como una bala pero está bastante limpio y me quedo con él sin problemas. Lo está cobrando la Jara cuando mi hermano me grita que sube otro, lo veo justo por debajo de la Jara, me da miedo y no lo tiro, después le suelto un tiro en la parte de arriba cuando casi no lo veía, pero lo fallo, mejor que se vaya a tocar a la perra. Cruzamos un camino y mi hermano dice que se va a comer, yo aún hago un trozo más, pero viene un pastor con las ovejas por medio de los olivos, así que me doy media vuelta y a comer al coche.

    Decidimos dar una vuelta en la granja después de comer y luego terminar en las vías, a ver si se mueven los conejos. En la primera zona no vemos nada, luego en los bancales, entre los dos, salta una perdiz, le suelto el primero y al suelo, por fin. Al final veo un par más, una muy bien pero en línea con la carretera y no la puedo tirar. Ya en dirección al coche, veo venir un cazador. De repente la Jara se queda de muestra, aviso al hombre y le digo que sobretodo cuidado con la perra, me dice que tranquilo. La perra da un salto encima de la mata y sale disparado el conejo, por suerte la hierba aquí me deja ver un poco y me hago con él. El hombre me dice que las perdices han volado de donde viene él, a ver si las levantamos. Se lo digo a mi hermano que va por la parte alta del cerro y seguimos. No tardamos en verlas, tiramos un tiro cada uno, pero están fuera de tiro, bajamos a los llanos a buscarlas, pero nada de nada. Mi hermano está bastante quemado y van refunfuñando todo el camino hasta el coche, la verdad que no se ve mucha cosa y yo por suerte tengo a la Jara que con los conejos trabaja muy bien.
    Como habíamos hablado decidimos terminar en las vías, suele ser un buen sitio por la tarde, ya a última hora, sobretodo para los conejos. Aparcamos junto a los olivos donde esta mañana hice el doblete nada más empezar. Vamos haciendo varios puntos que siempre tienen algo pero sin resultado, la cosa no pinta bien. Cunado llevamos un rato mi hermano me dice que él se da la vuelta y que nos vemos en el coche, bueno. La suya no ha sido mala opción porque he estado haciendo unos sitios donde normalmente en un rato haces tres o cuatro conejos y no he levantado nada. Lo único, un bando bueno de perdices, que se han terminado colando en el interior del basurero, ya saben ellas que hay valla y no puedo pasar. Al final y con la cosa de las perdices se me ha hecho tarde, así que he llamado a mi hermano para que me viniera a buscar. Recuento final de nueve conejos, dos perdices, una torcaz, una zurita y un zorzal, pero aprovechando mucho las oportunidades, no me canso de decir que no sé que haría sin mi Jara.

sábado, 30 de noviembre de 2013

La cantera

    Ayer estuve de espera y a pesar de tenerlos en el visor hasta en tres ocasiones no pude apretar el gatillo, cuando les echaba la luz no la aguantaban y tirar al bulto no lo he hecho nunca, mejor asegurar otro día.

Primero a las seis y media me entro una hembra con primalones, sobre las ocho menos veinte un grupo de tres o cuatro primales más grandes y a las once y media entraron dos, uno pequeño, supongo que el escudero y el grande que esperaba, se me metió debajo del puesto que tenía en el árbol, le metí la luz y le ví la nuca pero al ir a pegar el tiro, se movió, lo intenté seguir con la luz pero me reboto con la maleza y no veía nada por el visor, total que me quité a las doce y cuarto, con mucho frío pero entretenido.
     Hoy he decidido no repetir sitio y dejarlos tranquilos. Así que me encamino al puesto de la charca con los trastos, pero el aire va fatal, se ha puesto muy fuerte y revoca constantemente, cambio de planes. Me marcho al camino que va hacia la cantera, aquí les tengo preparados dos puestos, uno el margen del camino de subida y otro en una curva, en la zona alta. En el último ya he matado un par de ellos, el otro me puse un día pero no aparecieron. Como el aire no me gusta mucho, decido quedarme en el primero, sentado en mi silla, que no va bien la cosa me quito y tengo el coche al lado. Me pongo el mono, preparo el rifle y me dispongo a esperar. Cae la noche y empieza a lloviznar, el aire entra frío, lo noto bien en la cara, va hacia la carretera casi todo el tiempo, así debe seguir, aunque de vez en cuando cambia. Creo que vienen de mi derecha, del bosque más espeso, aunque el otro día cuando llovió, vi como habían ido por el camino entre un puesto y otro, metiéndose por una pequeña mancha de pinos que hay a mi izquierda, a ver que pasa. De vez en cuando aprieta la lluvia, es fina y con lo fría que está parece que se me claven alfileres en la cara. Llevo más capas que una cebolla, en el cuerpo no tengo frío pero los pies, se me quedan tiesos, me tengo que mirar algo de calzado bueno.
    Miro por el visor, veo perfectamente la zona de tiro, la claridad del suelo del camino me ayuda, ahora solo faltan ellos. Sobre las seis y media escucho algo de ruido en el bosque de la izquierda, pero no le presto mucha atención, hacía un momento había cruzado el zorro el camino en esa dirección y también por ahí se mueve una familia de tejones que he visto alguna vez. Al momento escucho el inconfundible gruñido, vaya son ellos, me habrán cogido el aire??. Un momento de silencio y ahora ya los escucho más cerca, parece que no me han detectado, me empiezo a encarar con cuidado el rifle, me parece entrever en el margen del camino una sombra negra, son ellos. Salta primero uno al camino, luego otro y luego un tercero, empiezan a comer despreocupados. Los meto en el visor, los veo claramente, hay unos treinta metros, los examino y elijo el que me parece más grande aunque son bastante parejos, aprieto suavemente el gatillo y retumba el disparo, lo veo dar una voltereta en el camino y rueda unos metros por la pendiente, está muerto.
No me espero mucho, recojo la vaina, desmonto la silla y me acerco a verlo. Es una hembra joven pero de buen tamaño, el tiro en la paletilla. La arrastro camino abajo, donde la aparto un poco y voy en busca del coche. La cargo apoyándola en la bola del remolque y termino de recoger mis cosas. Aviso a Iñaki y voy a su casa para apañar la carne. Hoy por lo menos todo ha sido rápido. A las nueve y media ya estoy en casa, mejor porque mañana toca madrugar para ir al coto.